"Le gustaba trabajar rodeado de sus hijos; jamás lo vi enojarse porque los chicos se le subían a la silla de ruedas mientras él trabajaba, incluso podía seguir escribiendo con uno de ellos trepado a su espalda. No, nunca se molestó porque se subieran a su espalda".
Testimonio de Ana Chiappe, esposa de Mariátegui, en Servais Thiessen, Mariátegui. La aventura del hombre nuevo, Lima, Horizonte, 2017, p. 320.