viernes, junio 14, 2013

Edén



En Inglaterra es de mala educación mirar a los ojos,
Y también en Alemania.
Pero nosotros miramos a los ojos sin querer,
Y hoy caminamos por Berlín, persiguiendo la huella de Karl Liebknecht
Y de esa cerda judía, que nadaba por el río, como una niña, mientras ellos le seguían disparando.
En Alemania la ley permite hacer el amor en los parques, siempre que nadie lo note.
Contemplamos la danza de los árboles, a cuya sombre comen otras niñas, casi desnudas.
Nosotros también tenemos apetito
Y nos imaginamos como estatuas.
El agua pasa entre los agujeros del cuerpo de Karl Liebknecht, destrozado por las balas,
Pero aun así, sigue flotando. Aunque casi haya pasado un siglo.
Y nos mira a los ojos desde el lago, mientras comemos y nos consolamos

Brindando en nombre de la vida.

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