miércoles, noviembre 15, 2006

Ahora todo se ve más bonito...

Estas semanas han sido tremendas. Mucho qué hacer, qué leer y qué vivir; por eso no había escrito nada en mi blog. Estaba trabajando en el nuevo diseño cuando apareció (por fin) la nueva versión de Blogger, por lo que tuve que cambiar el nuevo diseño a la nueva versión, y luego dedicar algunas horas engorrosas a recuperar toda la información perdida al cambiar a la nueva versión...

Así que ahora todo se ve más bonito: hay nuevo diseño, y los enlaces de la izquierda tienen mucha información nueva. Explico:

1. La nueva sección "Libera tu computadora" viene de algo que siento como un deber moral: enlistar las aplicaciones que yo uso en la mía, y que han sido pensadas para que cualquiera las use, para cualquier propósito socialmente útil; cuyo código fuente está abierto para que cualquiera lo pueda ver, estudiar, editar y mejorar (a esto se le llama "código abierto"); y que "no tienen propietario", en el sentido de que todo usuario tiene derecho a hacer copias y distribuir libremente la aplicación, aun si ésta, en un sentido amplio, "sí tiene autor". A estas aplicaciones se les llama "software libre".

Yo trato de usar sólamente software libre, y quiero invitarlos a que hagan lo mismo. El movimiento de software libre es una respuesta a la actuación de compañías transnacionales como Microsoft: la mayoría de nosotros aprendemos a usar la computadora en suites como Windows, que es un gran programa que te permite acceder a las funciones 'de máquina' de tu computadora (la pantalla, el disco duro) y hace enlaces a otros programas (como Word, que es un procesador de textos); cuando escribimos trabajos o ensayos, nos enseñan a utilizar el Word, que es, como decíamos arriba, un procesador de textos, una especie de máquina de escribir mejorada. Las computadoras te las dan ya con estos programas, y uno tiene pocas oportunidades de descubrir que se podrían hacer las cosas de una manera diferente. Pero se pueden hacer así.

El hecho es que Microsoft ha librado una guerra tremenda para hacer que sus programas sean los únicos usados en el mercado: el formato ".doc" está registrado para que sólo alguien con Word pueda abrirlo, así que al hacer nuestros documentos en este formato estamos contribuyendo, sin saberlo, al monopolio de la compañía que hace ese programa. Pero hay otros formatos (como ".rtf") que son públicos, y que no necesitan Word para abrirse o editarse: esos son los formatos que tenemos que usar. La mayoría de las veces ni siquiera sabemos que, al comprar la computadora, estamos pagando por los programas que ya vienen instalados; y, como los formatos de estos programas se han convertido en estándar gracias a ciertas oscuras tácticas de comercio, si nuestra computadora no trae el programa tendremos que pagar de cualquier manera, porque al salirnos del mercado (de Microsoft) salimos también de los estándares de trabajo y comunicación. Así es como una idea excelente, que es la de las computadoras, se ha convertido en poco tiempo en una manera fabulosa para que muy poca gente se enriquezca muy rápido, a costa de la libertad de (nos)otros.

Por supuesto, los monopolios informáticos han contribuido bastante a que baje la calidad de las mismas aplicaciones. Una vez que compañías como Microsoft tienen un enorme público cautivo, lo que interesa es ganar más. Por eso tantas versiones de Windows, que cambian cada pocos años, en lugar de invertir más tiempo y dinero en desarrollar una sola versión estable, capaz de durar muchos años. Así se obliga a todos los usuarios a gastar y gastar en la actualización de un programa que nunca llega a funcionar totalmente, y que justo por eso ayuda a que sus propietarios se hagan más ricos; fue el caso de Windows 98, que salió tan rápido que estaba lleno de hoyos, de defectos de programación, todo por querer que saliera rápido ("nuestros productores de escasez", diría Ernesto Cardenal). Es también el negocio de los antivirus. Pero no sólo eso. Lo más terrible es que estos programas están hechos para que sólo la compañía que los creo pueda manipularlos: probablemente tú mismo has sufrido por horas buscando en Word una función que te parece elemental, pero que el programa no contempla... Sucede lo mismo con los sistemas operativos, las hojas de cálculo o los editores de páginas para internet. No hay posibilidad de tomar control de tu propio programa; la cosa está clara: tú eres el usuario y el autor es el autor. Por eso las nuevas versiones de Windows son cada vez más coloridas y sencillas, y dan cada vez menos control al usuario: se trata de fomentar un público cada vez más pasivo. Ahora, la máquina se conecta sola a Internet a buscar actualizaciones, aun sin pedirte autorización. ¿Y te has preguntado cómo puedes saber exactamente qué información manda y qué recibe en los momentos en que se conecta sin avisarte? ¿Hay manera de saberlo?

El movimiento del software libre nace como respuesta casi insconsciente a este tipo de situaciones. Se crea en torno de comunidades creativas, donde un usuario propone un programa, con código abierto, y varios usuarios se dedican a usarlo, a probarlo, a encontrar sus fallas y a proponer soluciones. Los que saben programar intentan resolver ellos mismos los problemas, y comparten sus soluciones; el resultado es que, si la comunidad es activa, en un mediano plazo se tiene un programa más sencillo, más eficaz, más adecuado a las necesidades de la gente. Las leyes de copyright creadas por nuestras sociedades capitalistas encuentran aquí un problema: el objetivo es que el programa creado colectivamente siga siendo comunitario; por ello, en lugar de protegerlo para que no se pueda copiar sin autorización, se trata de garantizar legalmente el derecho a que todo mundo pueda copiarlo, y de proteger el programa para que siga siendo propiedad de todos, para que nadie pueda venderlo o registrarlo a su nombre. Se trata de un modelo que pervive gracias a la solidaridad, a la creación de comunidades que hagan posible otra manera de relacionarse y de compartir el conocimiento; y es, por ello, una buena manera de hacer política y de cambiar el mundo, también en la PC.

Pero ya me extendí mucho en esto...


2. Hay otra nueva sección llamada studium, donde agrupo algunos enlaces fundamentales para la lectura humanista, lugares a donde entro mucho y que me gustaría compartir. Studium tiene, en latín, una polisemia muy rica: significa "celo, asiduidad, aplicarse en alguna cosa" pero también "inclinación, deseo, buena voluntad, afección por algo"; y todo ello está presente en "estudiar", y en la "dedicación al estudio", pues ambas son nombradas por studium. Charlton Lewis y Charles Short, en su excelente diccionario, al explicar studium citan una línea del De inventione de Cicerón, que aquí reproduzco y amplío, pues studium tiene que ver con habitum:
"Llamamos hábito a un constante y absoluto perfeccionamiento del ánimo o del cuerpo en alguna cosa, como la percepción de una virtud o de algún arte, o cualquier ciencia e igualmente alguna conveniencia del cuerpo no dada por la naturaleza, sino alcanzada con estudio e industria. La afección es un cambio repentino del ánimo o del cuerpo, por alguna causa, como alegría, codicia, miedo, molestia, morbo, debilidad y otras cosas que se descubren en el mismo género. Empero, el estudio es la asidua ocupación del ánimo y vehementemente aplicada a alguna cosa con gran placer, como el de la filosofía, la poética, la geometría, las letras" (CIC., De Inv. I, 36, de la hermosa traducción literal de Bulmaro Reyes).
Tardíamente, studium viene a significar también los frutos mismos de esa actividad, y finalmente designa el lugar en torno al cual se hace posible dedicarse a ésta (de ahí nuestros estudios, donde nos ponemos a escribir). Parecido a lo que pasa, en el latín medieval, con universitas, que primero designa la congregación que se junta a ejercer el studium, y poco a poco, conforme estos grupos comienzan a rentar lugares para estudiar, irá designando el lugar mismo; pero siempre quedará esta huella que marca el espacio colectivo, la necesidad de juntarnos para ejercer una pasión vital que es pasión del espíritu.

En el studium que les ofrezco hay de todo: bibliotecas, pinacotecas, bases de datos, periódicos y revistas. Conforman todos un espacio virtual para el ejercicio de una pasión intelectiva, de un placer del alma que busca el perfeccionamiento interior por medio de un habitum.


3. Finalmente, ahora las diferentes entradas tienen etiquetas o categorías, y haciendo click en una de ellas puedes acceder a todas las de la misma categoría:
  • Agenda. Invitaciones a cosas que están pasando en México :)
  • Lo que ando leyendo. Es mi agenda espiritual :) Se trata de compartir lecturas iluminadoras.
  • Fragmentos. Porque a veces quiero compartirles un texto. Este mismo libro de la luz es un libro de fragmentos, un libro que lleva la huella de otros libros; un palimpsesto.
  • Glosas. Son comentarios de textos, la mayoría de las veces para divertirse. Son constelaciones de textos, donde un fragmento ilumina otros fragmentos y los fuerza a aparecer.
  • Ut pictura poiesis. Son imágenes que comentan textos, y textos que comentan imágenes. Viene de un verso de Horacio y de un hermoso libro de R. W. Lee que trata sobre las relaciones entre pintura y poesía en el arte occidental.

Y ya :)

7 comentarios:

Anónimo dijo...

no te das gueva?????? me das ami una cantidad incalculable. me da pena conocerte.

Rafael Mondragón dijo...

A ver, Anónimo... Si tanta hueva te da, ¿entonces para qué molestarte en leerme y publicar un comentario? En esta vida nadie está obligado a sufrir, y tu comentario me parece de pésimo gusto, que intenta herir porque sí, y además de un estilo muy cobarde ("te conozco y me das hueva pero no pongo mi nombre"). Pero aquí lo dejo porque tú solo te delatas como eres. Ahórrate la molestia de escribir, y ahórranos a nosotros la molestia de leerte.

Anónimo dijo...

Ay ay ay, Rafa... qué pésimas cosas se cuelan en Internet ¿no? la verdad es que es bien común de la gente mediocre aventar la piedra y no quedarse a recoger los vidrios.... podemos verlo como un suceso que ocurre por la inmadurez cerebral que sufren algunos idiotas deambulantes del espacio cibernético; pero lo cierto es que los únicos idiotas simpáticos son los de Lars von Trier, a los demás sólo nos queda ignorarlos como el zumbido de un molesto insecto o como cuando te percatas que alguien se tiró un pedo.

Martha Patricia Reveles dijo...

Yo respeto que no te guste el trabajo que realiza Rafa para su blog. No hay obligación. Sin embargo, en definitiva me parece una actitud absolutamente cobarde agredirlo y no tener el valor de presentarte con nombre y apellido. La crítica se acepta simpre y cuando sea ejercida con responsabilidad y tú desconoces ambas. Además, de tu argumentos inexistentes y viscerales.
Todo hace suponer que careces de la madurez para soportar la réplica.
Si no te gusta ¿para qué te desgastas leyendo este blog? ¿Acaso enverdeces de envidia ante tu propia incapacidad de emular la dedicación de Rafa? ¿Te da flojera la inteligencia? ¿Adoleces de una pasión que te permita disfrutar tu vida?
Quizá tu pasión sea derrochar frustración, amargura y opinioes vacuas por la red. ¡Qué bueno! Acostúmbrate que habrá a algunas personas, como yo, nos provocas flojera y nos alegramos de no conocerte.

Aprillis dijo...

Rafa: Nuevamente te felicito por ser una persona que vive, actúa y lucha por sus ideales. En tu travesía haces despertar espíritus, como el mío. No puedo hablar por los demás, porque la unica experiencia con la que cuento es mi propia vida; por lo tanto, no me queda de otra que agradecer tu labor y no atender lo que terceros puedan opinar (si es que hablar sin dar la cara también sea una forma de "opinar"). Un abrazo fuerte mi querido amigo. Abil Estevané

merlina dijo...

Pues bueno, que decir de la gente que es incapáz de reconocer que sus comentarios agrios son fruto de su frustración e incapacidad de reconocer que existen cosas mejores de las que ellos probablemente nunca sean capaces de lograr... tal vez por que precisamente LES DA GÜEVA!!!
Finalmente lo importante de este blog es que existe alguien interesado en compartir lo bello que ha encontrado en su camino, y si por desgarcia como en todo, también nos topamos con estas piedras, pues bueno, por su misma naturaleza éstas siempre se quedarán atrás...

Sybila dijo...

Me he estado acordando mucho de tí por estos días. Je, creo que no vale la pena discutir con alguien que no conoce ni las diéresis...(eso por lo del comentario anónimo). Así que mejor te saludo y omito apreciaciones sobre la persona que seguramente mira del otro lado de la cortina porque no siente (je, hay diferencias entre decir "siento" y "pienso")un poco de afición por el studium...
Puedo decirte que cada línea en tu blog llena un espacio vital para quienes conocemos tu palabra y tu persona ("El hombre es su palabra", me dijo citando a Ricardo Garibay el chico que se llevó mi corazón de plastilina)vital, porque las letras te palpitan.Me llega a la mente lo que dijo Federico el día de tu examen: "En tu trabajo se nota un lector seducido por los libros". Pues tú, mi querido Rafa, vuelves contagiosa esa seducción por las letras, porque compartes.(En un café, en una mesa de la Fac,en una llamada telefónica, en este espacio...)

Dar las gracias (como también me lo dijo el ya nombrado chico)tal vez exime de alguna forma el compromiso de regresar lo recibido. Bajo esta premisa no doy gracias por tu amistad o tus letras... desearía mejor compartir y cultivar.


El maestro Ovidio dice que el verdadero arte del amor no consiste en obtener el bien amado...; el verdadero arte esta en conservarlo.

Creo que esto puede aplicarse también a la amistad.

Considero que de un tiempo para acá he descuidado mucho esta parte esencial en mi paso por el mundo... (pero ese asunto es más profundo de tratar, y no es el lugar ni el momento) Sirva este comentario como el principio de un nivel más de interacción entre los exploradores del lenguaje, entre los amigos.

Te quiere

Gaby