Imaginen que el chelo es, en realidad, una voz de mujer que canta este poema (así es en la versión original):
Tarde uma nuvem rósea lenta e transparente.
Sobre o espaço, sonhadora e bela!
Surge no infinito a lua docemente,
Enfeitando a tarde, qual meiga donzela
Que se apresta e a linda sonhadoramente,
Em anseios d'alma para ficar bela
Grita ao céu e a terra toda a Natureza!
Cala a passarada aos seus tristes queixumes
E reflete o mar toda a Sua riqueza...
Suave a luz da lua desperta agora
A cruel saudade que ri e chora!
Tarde uma nuvem rósea lenta e transparente
Sobre o espaço, sonhadora e bela!
Tarde, una nube rosa, lenta y transparente,
sobre el espacio, soñadora y bella.
Surge en el infinito la luna, dulcemente,
decorando la tarde, cual delicada doncella
que se apresta y engalana soñadoramente,
y su alma ansía verse bella.
¡Grita al cielo y a la tierra, a la Naturaleza entera!
Callan los pájaros ante sus tristes lamentos
y refleja el mar toda su riqueza…
Suavemente, la luz de la luna despierta ahora
la cruel nostalgia que ríe y llora.
Tarde, una nube rosa, lenta y transparente,
sobre el espacio, soñadora y bella…
Heitor Villa-Lobos fue el gran compositor del Brasil. De joven, se ganó la vida como violonchelista en los cafés de Río. Fue un rabioso anti-academicista, y emprendió una serie de viajes fabulosos al Amazonas y el noroeste del país, con el objeto de rescatar la música de la gente sencilla; de esos viajes nos dejó una serie deliciosa de anécdotas que hoy no sabemos si creer (en la más famosa de todas, el compositor es capturado por una tribu de caníbales)... En 1923, siendo aun chamaco, gana una beca del gobierno francés para estudiar composición en París; hace el viaje iniciático de todos los jóvenes latinoamericanos de entonces. En 1930 regresa al Brasil: inicia su labor fundamental de educación, y comienza la primera de sus Bachianas brasileras. Por Villa-Lobos, una generación de brasileños aprendió a vivir la música: sus completos programas pedagógicos educaban a los niños, desde muy pequeños, en la apreciación de la música de su país y el disfrute de los clásicos europeos; mucha gente dice que el movimiento actual de la samba, por ejemplo, sería impensable sin la labor de Villa-Lobos.
Las Bachianas son el homenaje del maestro brasileño al maestro intemporal: en ellas, la técnica barroca del contrapunto se da la mano con ritmos populares como la modinha o la chora. Cada Bachiana tiene dos movimientos: el primero siempre toma una forma querida al gran compositor barroco (preludio, fuga, aria, tocata...); el segundo utiliza una forma folclórica. Los textos de cada Bachiana están tomados de los grandes poetas del Brasil de aquella época, y el mismo Manoel Bandeira trabajará con el compositor para darle textos especialmente concebidos.
El aria de la Bachiana número 5 fue compuesta en una sola mañana, el año de 1938; es, sin duda, la obra más famosa de Villa-Lobos, y quizá la más hermosa de las que escribió. El poema es de Ruth V. Correa, quien era además cantante; la obra fue estrenada por Bidú Sayáo y el propio Villa-Lobos en el año siguiente. Cuando era joven, el compositor hizo una alocada transcripción de obras de Bach: las pasó del órgano a orquesta de chelos. De ahí viene probablemente la idea de escribir esta Bachiana para voz y orquesta de ocho chelos (que podrían convertirse en doce, si le creemos a lo que Stokowsky dice que le dijo Villa-Lobos). Pero al querido compositor le encantaba hacer versiones nuevas de sus obras a partir de transcripciones para instrumentos distintos; la que les pongo en YouTube utiliza la transcripción para guitarra del aria, y sustituye la voz por un chelo. ¿A poco no es hermosa?
2 comentarios:
Hermosísima Rafa!
Un abrazo muy grande. Esta música, me ha hecho el día...
¡Gaby! Cuantísimo tiempo sin vernos, amiga. Qué gusto leerte aquí. Sí, es una música hermosa. Secretito: si te pasas pasado mañana al salón 114, a las 4, podrás escuchar la versión donde el propio Villa-Lobos conduce a Victoria de los Ángeles, la más famosa. Te mando un abrazo cariñoso.
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