...Cuenta la fama que al retirarse la escasa agua [del río], dejando en seco el remanso donde los niños habían sido abandonados, una loba sedienta, desde los montes cercanos, encaminó sus pasos hacia donde se escuchaba el infantil vagido, y mostróse tan mansa que ofreció a los gemelos sus pechos y se puso a lamerles con la lengua, actitud en que la encontró [el pastor] Fáustulo (...) y los entregó a su mujer Larencia para que los cuidase... (TITO LIVIO, Ad Urbe Condita I, iv, 6, trad. Millares Carlo).--Muy bien, Bart. Es una historia muy bonita...
(Pero el niño amarillo sigue leyendo en voz alta):
...No faltan quienes crean que a esta Larencia, por haber prostituido su cuerpo, la llamaban loba los pastores... (Ad Urbe, I, iv, 7).(Pizarrón lleno con la frase: "no leeré cosas que no vienen en el plan de estudios").
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