miércoles, febrero 14, 2007

Invitación a seminario: "La política... aún"

Seminario en la Facultad de Psicología de la UNAM, impartido por Arturo Romero:


La política... aún

Interrogaciones filosóficas sobre la política contemporánea


Presentación

Comencemos con una cita del Leviatán de Hobbes:

La Naturaleza (el arte con que Dios ha hecho y gobierna el mundo) está imitada de tal modo,como en otras muchas cosas, por el arte del hombre, que éste puede crear un animal artificial. Y siendo la vida un movimiento de miembros cuya iniciación se halla en alguna parte principal de los mismos ¿por qué no podríamos decir que todos los autómatas (artefactos que se mueven a sí mismos por medio de resortes y ruedas como lo hace un reloj) tienen una vida artificial? ¿Qué es en realidad el corazón sino un resorte; y los nervios qué son, sino diversas fibras; y las articulaciones sino varias ruedas que dan movimiento al cuerpo entero tal como el Artífice se lo propuso? El arte va aún más lejos, imitando esta obra racional, que es la más excelsa de la Naturaleza: el hombre. En efecto: gracias al arte se crea ese gran Leviatán que llamamos la república o Estado (en latín civitas) que no es sino un hombre artificial, aunque de mayor estatua y robustez que el natural para cuya protección y defensa fue instituido; y en el cual la soberanía es un alma artificial que da vida y movimiento al cuerpo entero; los magistrados y otros funcionarios de la judicatura y del poder ejecutivo, nexos artificiales; la recompensa y el castigo (mediante los cuales cada nexo y cada miembro vinculado a la sede de la soberanía es inducido a ejecutar su deber) son los nervios que hacen lo mismo en el cuerpo natural; la riqueza y la abundancia de todos los miembros particulares constituyen su potencia; la salus polpuli (la salvación del pueblo) son sus negocios; los consejeros, que informan sobre cuantas cosas precisa conocer, son la memoria; la equidad y las leyes, una razón y una voluntad artificiales; la concordia, es la salud; la edición, la enfermedad; la guerra civil, la muerte. Por último, los convenios mediante los cuales las partes de este cuerpo político se crean, combinan y unen entre sí, aseméjanse a aquel fiat, o hagamos al hombre, pronunciado por Dios en la Creación”. (Leviatá, Introducción).

¿Es el Estado un autómata o un organismo?, ¿es el organismo una máquina?, y si fuesen distintos, ¿puede lo vivo gobernarse por la máquina, puede la máquina ser gobernada?

La filosofía del siglo XX nace en la imposibilidad de diferenciar, con claridad, lo vivo de lo muerto. En el siglo XIX, la gran organización del cuerpo Estatal, del sujeto único, la verdadera realidad, se torna una máquina fría y sin vida y, sus ciudadanos, mecanismos ciegos privados de voluntad. ¿Qué ha sido del proyecto moderno de la instauración de la libertad en la tierra?

Pero, por otro lado, ese frío mecanicismo revela por primera vez un mundo organizado materialmente que no necesita de construcciones metafísicas para ser explicado, es decir, no precisa de un origen ni de una finalidad ni de garantía última alguna en lo que a su sentido concierne.

Parece, pues, que los espectros de la vieja filosofía pueden ser finalmente conjurados para acceder a un mundo comprensible a través de sus mecanismos fundamentales. La libertad es una ilusión. La filosofía atraviesa entonces un momento de crítica y destrucción de los tres conceptos tradicionales de la filosofía: dios, mundo y hombre. La muerte de Dios significa la pérdida de un origen y una finalidad de la existencia. La muerte del mundo significa la pérdida de un orden inmanente y cognoscible de la naturaleza. Y, finalmente, la muerte del hombre implica la pérdida de una sustancia definitoria (animal racional, animal político, por ejemplo), de una esencia. El hombre es un accidente que habita un mundo accidental, amoral y sin finalidad.

Pero el mundo moderno está organizado, de arriba a abajo, sobre la base de estos tres conceptos, aunque su fundamento haya sido mermado.

La finalidad de la teología: encontrar el sentido de la comunidad y su destino, queda traducida en la política corriente. La humanística encuentra nuevos adeptos en la esfera del consumo. Y la meditación sobre la naturaleza se esfuerza en encontrar una explicación “científica” a la miseria de los tiempos.


¿Debe la filosofía insistir en su nihilismo para combatir el comercio de voluntades de la política, el consumo de sí bajo el capitalismo, la invasión de lo “científico” en las decisiones más importantes? ¿Pero no es precisamente por esa posición de la filosofía contemporánea que evita dar sentido al mundo y que se mantiene en el filo del vacío para no cometer un crimen, una injusticia más, mientras que los saberes dominantes ocupan el espacio vacante? ¿Cómo volver a articular una crítica del mundo sin caer en ello que se critica o sin quedar varado en la crítica infinitamente estéril?


Los conceptos como “razón”, “libertad”, “comunidad”, “poder” o “justicia” han perdido el sentido que parecía pertenecerles desde siempre; en parte por la crisis interna que dio nacimiento a la modernidad y en parte por la modernidad misma, que creyó se capaz, de fundarse a sí misma sobre sí misma. Pero aunque han perdido su viejo sentido, no han quedado vacíos y penden, esperando, aún, tener efectos en la política y en el ser en común que nos atañe.


El presente seminario es un breve itinerario por los problemas fundamentales de la filosofía política contemporánea, arriba esbozados. Para tal fin, se tomarán tres hilos conductores: la subjetividad, el cuerpo vivo y la lógica, que han figurado, desde siempre en la discusión sobre la comunidad y el gobierno.

La subjetividad alude a instancia soberana, a la figura donde, en última instancia, recae la decisión política. La subjetividad es el asiento último de la libertad, su fundamento y justificación.

El cuerpo es siempre cuerpo de lo que es en común: desde la comunión de los fieles hasta el cuerpo estatal. Cuerpo que une y articula; pero también cuerpo que enferma y se duele, que se desgarra.

Este cuerpo que quiere ser sujeto está, a pesar de todo, en el riesgo constante de ser un mecanismo, de obedecer una ciega lógica.

El Estado, ¿es un cuerpo o una máquina?, ¿es soberano o el medio utilizado por algunos para el ejercicio del poder?


Lo político atraviesa ese campo donde lo común está siempre en cuestión: en vías de ser cuerpo o como cuerpo en descomposición, como una máquina ciega o como dispersión de voluntades libres, como soberanía o esclavitud, sociedad o comunidad.


Programa

Fechas

Tema

Textos

Presentación jueves 15 de febrero

Sesión 0.- Presentación: la política en el siglo XX: Estado y Sujeto

Leviatán (introducción) (T. Hobbes).

20 de febrero

Sesión 1.- El materialismo.

Crítica a la filosofía de Hegel, Introducción. (K. Marx).

Para un materialismo aleatorio (fragmento). (L. Althusser).

27 de febrero

Sesión 2.- Sacrificio y comunidad.

Hegel, la muerte y el sacrificio (G. Bataille).

6 de marzo

Sesión 3.- El cuerpo vivo.

Para terminar con el juicio de Dios. (A. Artaud).

Homo sacer: el poder soberano y la nuda vida (introducción). (G. Agamben).

13 de marzo

Sesión 4.- El fracaso del comunismo: los espectros y la revolución imposible.

Marx no es un don nadie (J. Derrida).

La comunidad desobrada (fragmento) (J.L. Nancy).

20 de marzo

Sesión 5.- El mesías: teología y política.

El ángel de la historia (fragmento). (G. Scholem).

27 de marzo

Sesión 6 .- La verdad, la militancia y la crítica a la izquierda contemporánea.

La revolución blanda. (S. Zizek).

La ética (A. Badiou).

No hay comentarios.: