"[...] Durante años he venido proyectando una obra reducida y concisa, que pudera leerse en breves días, ya que una lectura seguida es el mejor medio para poner de relieve la unidad fundamental de los fenómenos religiosos y, a la vez, la inagotable novedad de sus expresiones. El lector de tal obra se encontraría ante los himnos védicos, los Brahmanas y las Upanishads a las pocas horas de haber repasado las ideas y las creencias del Paleolítico, de Mesopotamia y de Egipto. Descubriría a Sankara, el tantrismo de Milarepa, el islam, las ideas de Joaquín de Fiore o Paracelso después de haber reflexionado la víspera sobre Zaratustra, Gautama Buda y el taoísmo, sobre los Misterios helenísticos, la aparición del cristianismo, el gnosticismo, la alquimia o la mitología del Grial. Conocería a los iluministas y a los románticos alemanes, Hegel, Max Müller, Freud, Jung y Bonhoeffer a las pocas horas de haber descubierto a Quetzalcoatl y Vinarocha, los doce Alvars y Gregorio Palamas, los primeros cabalistas, Avicena o Eisai [...].(M. ELIADE, Prefacio a Historia de las creencias y las ideas religiosas, tr. J. Valiente, t. I, Barcelona, Paidós, 1999, pp. 19 y 20-21).
"Pertenezco a una clase de historiadores de las religiones que, independientemente de su 'especialidad', se esfuerzan por mantenerse al corriente de los avances logrados en los terrenos contiguos y no dudan en informar a los estudiantes sobre los diversos problemas planteados por su disciplina. Estimo, en efecto, que todo estudio histórico implica cierta familiaridad con la historia universal. De ahí que ni la más rigurosa 'especialización' dispense al sabio de la obligación en que está de situar sus investigaciones en la perspectiva de la historia universal. Comparto también la convicción de quienes piensan que el estudio de Dante o de Shakespeare, de Dostoievsky o de Proust, tiene una buena ilustración en el conocimiento de Kalidasa, de los Nó o del Mono peregrino. No se trata aquí de un pseudoenciclopedismo vacuo y en definitiva estéril. Lo que importa es no perder de vista la unidad profunda e indivisible de la historia del espíritu humano.
"La conciencia de esta unidad de la historia de la humanidad es un descubrimiento reciente, no del todo asimilado aún".
miércoles, junio 27, 2007
El humanismo místico según M. Eliade
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
4 comentarios:
Qué bárbaro, qué sabiduría la de Eliade. Sin duda pertenece a la estirpe de los grandes humanistas del siglo XX. Como dice H. bloom sobre unas palabras del Dr. Johnson, deberíamos colgarlas, esas o las de Curtius, o Auerbach en la entada de todas las universidades.
De nuevo, un abrazo.
¿Sí, verdad? No sólo son palabras de alguien muy erudito, sino sobre todo de alguien con una gran generosidad (¡la generosidad es una virtud intelectual!). Esa descripción de un libro imaginario, utópico en el mejor sentido, me dejó una sonrisa que duró todo el día...
Deberíamos hacer, en plan lúdico, una lista utópica de palabras a colgar en la entrada de todas las universidades, ¿no crees?
me uno a ello, por supuesto. Hermoso proyecto el de querer abrazar el conocimiento de manera breve.
hablando de entradas a los recintos: una vez recordé las palabras de un célebre escritor norteamericano que creí conveniente que pusieran en la fachada de la fundación para las letras mexicanas: "toda mi vida la viví borracho. después, me morí".
Ésa es una de esas frases célebres que podrían adjudicársele a casi cualquier autor que conozco (famoso o no)...
Publicar un comentario