domingo, septiembre 09, 2007

Fragmentos de un viaje (Buenos Aires)

En julio se cumplió un año...


Karla a punto de devorar la siguiente pizza. La última tarde que estuvimos en Buenos Aires nos pusimos muy tristes; y comíamos, comíamos (yo, sobre todo)... Una viejita gorda y canosa nos recibía con abrazos cada mañana en su pequeño restaurante. Siempre se tardaba mucho tiempo para traer la comida, y la mayoría de las veces nos servía algo distinto de lo que habíamos pedido; pero nada de eso importaba, porque la comida era, toda ella, deliciosa, y en Buenos Aires se había roto el tiempo, no había ningún lugar para donde apresurarse.


Flor aburrida mientras Rafa se metamorfosea en rinoceronte a partir de un cuernito sin jamón. Lo terrible es que en Buenos Aires sólo se desayuna café negro con cuernito; nosotros, mexicanos, nos moríamos de hambre en la mañana. Karla y Flor perseveraban en no molestarse por nada, y se comían su cuernito con alegre resignación mientras hablaban de todo el tiempo que nos toca por vivir; pero cuando yo tengo hambre despierto a veces al viejito gruñón que guardo en el lado izquierdo de mi pecho. Como nadie me hacía segunda en mis enojos contra los desayunos, decidí, en gesto de protesta, transformarme en rinoceronte e irme a pastar a las praderas africanas.



Karla, Flor y yo, en el puente peatonal que lleva a la Facultad de Derecho (con sus columnas griegas gigantescas que recuerdan los comentarios de H. Broch sobre Wagner y el kitsch de lo solemne). Al frente, un arcoiris celoso se mete en la foto a pesar de no haber sido invitado: abre sus brazos con los dedos mojados de luz, para empapar la foto y dejarnos la sopresa de un rayo de sol que vivimos sin saberlo.



Flor y yo hacemos competencia de bebida de jugos en una pequeña pizzeria cercana a nuestro hostal. Los primeros días nos quedamos en el Hostal Gardel, que está hecho para extranjeros jóvenes y tiene todos los accesorios para hacerte sentir que estás viviendo una aventura con poco dinero: cartel exterior con tipografía nouveau, problemas con el agua caliente, colores rojizos, trabajadoras guapas que te miran con gestos despojados de misericordia (algunos turistas de otros países cayeron en la trampa de turistas: se enamoraron de las trabajadoras y gozaron con el dolor del rechazo que llegó luego; seguramente viajaron después a otros países, y se sintieron nuevos Ulises, y pensaron en regresar a ese lugar en el que nunca estuvieron). Pero nosotros nos mudamos a un hotel enorme y desolado, una especie de casa embrujada que era aun más barato que el Hostal Gardel.



Karla, agotada, se apoya en Maradona para no caer fulminada de cansancio. Hay cosas que vivimos sólo para luego narrarlas, ¿no es cierto? Y cada segundo precioso se carga de una secreta felicidad, mientras anticipamos el momento en que lo contaremos a un amor desconocido. Pero hay otras cosas que nunca suceden: en esa foto, todo ocurrió para que pudiéramos inventar una historia el día de hoy, cuando el resto de ese día se ha difuminado.



Flor y yo en el Café Tortoni, que es el único lugar del mundo donde se sirve ese café con esas tacitas tan bonitas de abajito. Entonces miramos el rostro que fue nuestro y que ya no reconocemos, y nos preguntamos por el silencio de la foto. Quizá pensamos que hay cosas que suceden, justamente, para que no podamos narrarlas: acoger, con una pausa, la huella del silencio de la experiencia.

5 comentarios:

merlina dijo...

Hola mi amor, que decirte, un año deja espacio para un silencio enorme, pero esos segundos, se vuelven innolvidables, ... jajajaja en todas las fotos sales reguapote!!!!!

Anita Iruretagoyena dijo...

Ay Rafa...
No encuentro palabaras adecuadas. Lo mejor es que tú si lo hiciste. Más y muchos más viajes a tu lado y al de Flor.

Te quiero mucho

brenda ríos dijo...

bellas fotos... y es cierto, supongo que algunos viajes se hacen para ser narrados. El riesgo de las fotos es que luego sustituyes toda la experiencia por una sola imagen, pero bien vale le pena tener el intinerario iconográfico de cada uno...
abrazos a los dos

merlina dijo...

fiu fiu... lindos rulos!!

Rafael Mondragón dijo...

:'-) snif.