Ayer, respondiendo al enorme regalo que nos hizo Shantí al leer la carta que escribió a su hermana, leí este texto, que viene de Guatemala:
En la plenitud de sus 27 años Mayra se quedó sola. Pasado el tiempo, después de mucho tiempo, se enamoró de nuevo pero no podía.
-Cómo voy a tener otro marido si estoy casada. Nació la primera niña, luego el segundo, luego el tercero de sus hijos...
-¿Y si aparece Juan?
La desaparición forzada te trunca hasta la posibilidad de tener estatus legal. En el código penal lo llamarían "bigamia", pero aun así, ella no pudo casarse. Lo hicieron después de la aparición del Diario Militar. Casi veinte años juntos, pero aún recuerda su primer amor, aunque la ley se empeñase en que fuera su gran problema.
La última vez que soñó con él le dijo: todo está bien.
Y añadió: me haces falta.
-Y yo le dije: también tú.
Carlos Martín Beristain, Historia de andares, Madrid, Libros de La Catarata, 2012, p. 193.
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