sábado, febrero 10, 2007

La imaginación y la violencia, en el centro de lo histórico

"Roma es el lugar donde, en nuestra opinión, concéntrase en una toda la Antigüedad, y cuanto en los poetas antiguos y en las antiguas constituciones políticas sentimos, creemos en Roma, más que sentirlo, verlo [...]. Desde luego que la mayor parte de esta impresión nos pertenece a nosotros y no al objeto; pero no se trata simplemente de la idea sentimental de que estamos donde este o aquel grande hombre estuvo, sino de un potente dejarse arrebatar hacia un pasado que, aun suponiendo que sea por efecto de fatal espejismo, se nos aparece como más noble y sublime; un impulso al que, ni aunque se quisiera, podría resistirse, porque el abandono en que sus actuales habitantes dejan al país y la increíble cantidad de ruinas atraen ya de por sí los ojos. Y como ese pasado aparécesele al íntimo sentido con una ingencia que toda envidia excluye, y en la que nos sentimos dichosos de participar, aunque sólo fuere con la fantasía, y en la que, más aún, ninguna otra participación en concebible siquiera [...]"

(Carta de un amigo anónimo a Goethe, citada en su Winckelmann (1805); recogido como prólogo en J. J. Winckelmann, Historia del arte en la Antigüedad, trad. M. Tamayo, Barcelona, Folio, 2002, p. 17; cursivas mías).

2 comentarios:

edegortari dijo...

mmm, creo que sólo puedo decir que es interesante. Ya está el cartel en mi blog pa que lo puedas copiar y poner en el tuyo. Un abrazo.

Rafael Mondragón dijo...

Ese Eduardo. Qué gusto leerte. Ahorita mismo pego el cartel aquí, en mi blog. ¿Quieres que te lleve la antología de poetas tabasqueños de la que te platiqué?